LA DESVERGÜENZA DE LA DIRECCIÓN

Esta dirección va de mal en peor. En muchas cosas, pero sobre todo en lo concerniente a sus relaciones con la representación legal de los trabajadores: falta de información, poca transparencia y ninguneo evidente. Así lleva ocurriendo ya tiempo pero esta actitud poco democrática y un poco déspota ha tenido su culminación esta semana cuando la dirección decidió convocarnos a una reunión para darnos detalles del plan de Cobertura de las elecciones una vez que ya estaba en marcha y quince días después de que lo aprobara el Consejo de Administración. Intentó hacerlo, además, de un día para otro, sin el mínimo margen. La reunión, que tuvo que ser convocada de nuevo, se celebró finalmente el pasado viernes. Desde la Agrupación le reprochamos, desde luego, esta actitud que está siendo ya norma. Sin embargo, su tardanza nos permitió afearle cómo se están haciendo las cosas sobre la base de lo que llevábamos ya una semana viendo. 

Desde nuestro punto de vista, el de estas elecciones generales está siendo el peor seguimiento de la historia de Canal Sur Televisión. Vale que es la Junta electoral la que nos marca los tiempos, siempre ha sido así y siempre los sindicatos y periodistas hemos estado en contra de ese criterio y de cómo se impone una manera de hacer las tortas de la campaña (hemos defendido siempre que se haga información con criterios periodísticos). Pese a esto, el contenido de esas informaciones contaba con cierta autonomía. Pero una cosa estaba clara en otros tiempos, los equipos que cubrían la información electoral se dejaban la piel en cumplir una máxima de primero de periodismo: «lo último es lo primero». En las tortas electorales se esperaba hasta última hora para contar el último acto celebrado por cada partido electoral, si lo había, aunque fuera en colas y los primeros totales que llegaban para luego contar el resto de la actividad anterior. Ahora las tortas se sacan porque hay que sacarlas, porque nos lo exige la Junta electoral, pero da igual el contenido que tengan. Muchos días en la torta del N2 se dan actos o entrevistas que han ocurrido el día anterior. No será porque no hay actividad de los partidos en cada una de las provincias andaluzas o señales de actos nacionales. Si el problema es que no hay gente, pues que se contrate más. Hace tiempo que desaparecieron los pactos de trabajo y se siguieron haciendo las mismas tortas, se dispuso de turnos de trabajo y, si se hicieron horas extras, se compensaron. Ahora da igual. Por las tardes, muchos días, sólo hay un redactor en la tele para cubrir la torta del N2 , que se repite sin ninguna actualización al día siguiente en el Despierta. Y si hablamos de contenidos, es de vergüenza el seguimiento que hemos hecho de los debates. El cara a cara se relegó en el Despierta del día siguiente a la parte de la tertulia y sólo se metieron colas y totales para que los comentaran los tertulianos. Ninguna televisión hizo tan menguada información de un acto que ha marcado la campaña. Y el colmo ha sido también el seguimiento del debate que organizamos nosotros el pasado martes. En el primer informativo, Despierta Andalucía, la información no iba en la torta electoral, porque se repitió la del N2 del día anterior, sino que se relegó a la parte última de los tertulianos con colas y totales. Y eso que era el debate que organizábamos nosotros. Una cobertura, desde luego, muy deficiente, desganada para unas elecciones tan importantes como estas. Lo del pulso periodístico hace tiempo que se perdió.

Además, desde la representación sindical afeamos también que se estén dando por buenos los contenidos que mandan los partidos, sin el más mínimo filtro, y grabados de cualquier manera, con un teléfono móvil mismo. Una tele de barrio lo haría con más profesionalidad. 

A todo esto, no respondió Carmen Torres, claro, que no sabe no contesta, delegando permanentemente en Antonio Salvador y Juanma Márquez cualquier explicación. Ella está para otras cosas, para hacerle la cama al director general, por ejemplo, no para responder a la plantilla. Eso sería rebajarse.