Ya casi ni nos acordamos, pero la reforma de la RTVA que aprobó, por unanimidad, el Parlamento en 2019 contempla que los trabajadores tendrán un representante en el Consejo de Administración con voz aunque sin voto. Desde que se constituyó el nuevo Consejo hasta ahora, ese puesto no se ha cubierto. No era más que un brindis al sol. Ante la indefinición de la norma sobre quién sería ese representante o cómo se elegiría, el consejo decidió elevar una consulta a la Consejería de Presidencia, que es de quien dependemos.
Ahora, la Consejería de Presidencia, ha derivado el tema al servicio jurídico de la RTVA que, dice a consultas del grupo socialista, son quienes tienen que determinar el cómo. Y aquí seguimos los trabajadores: sin nuestro representante.
La realidad es que no interesa. No quieren que oigamos y contemos luego lo que allí pasa. Somos «peligrosos». Por eso, la Consejería ha pasado de analizar nada. Por qué a la espera de una consulta jurídica que no se resuelve, van pasando reuniones y reuniones en las que no estamos, como dice la ley.
Ahora la pelota está en los servicios jurídicos de Canal Sur. Desde la Agrupación de Trabajadores vamos a exigir celeridad en la definición de las funciones de esa figura y de su elección. Tan difícil no puede ser.
