Cuando desde Sevilla se tira de una redactora de delegación para cubrir una información local, puede ser porque ese día se haya producido una serie de catástróficas desdichas y se vean sin gente para hacer directos. Vale. 


La decisión es cuestionable puesto que se viste un santo pero se desviste a otro. Si además la delegación que se queda sin santo, o santa como es el caso, es una delegación con graves problemas de personal, es más cuestionable aún.
Pero si en Sevilla tienen bajas y hay que ir, se va.


Pero si unos días más tarde se vuelve a dar la orden de que la misma redactora deje lo que tenga entre manos y salga rápidamente para hacer un in situ en Los Palacios, a 20 minutos de Sevilla, para dar una información que no es ninguna primicia puesto que la radio la había dado 24 horas antes, y con redactores en Sevilla a disposición, entonces la decisión se convierte en capricho.


Y hay que recordar a la dirección de informativos que precisamente Cádiz se desangra por falta de personal, y llevarse a una redactora, al cámara que tenía que hacer el informativo provincial y al conductor para cubrir un in situ no ayuda.
Es curioso que en el nuevo plan de empleo se tenga como prioritario reforzar las delegaciones. 


Aplíquense el cuento, primero reforzar, luego hacer uso. Porque sin refuerzo es un abuso.