AENA y Canal Sur han llegado un acuerdo para dejar la torre de la delegación de Málaga en la mitad de altura. Las obras, que costarán 900.000 euros, las paga AENA porque molestan para operar con seguridad en su segunda pista poniendo así fin a un problema pendiente desde hace quince años. Las intervenciones contempladas son: el desmontaje de las antenas y equipos existentes en la torre de Canal Sur; el desmontaje de unos letreros publicitarios instalados en la cubierta del edificio de Canal Sur; la demolición de parte de la torre de Canal Sur; la construcción de una nueva plataforma y escaleras de acceso a esta en la torre televisiva; la adecuación del sistema de protección frente al rayo según la nueva volumetría del edificio, y la instalación de un cartel monoposte.
Desde la Agrupación de Trabajadores nos preguntamos si, aprovechando, no podríamos solucionar también el problema de los olores y los ruidos que el aeropuerto genera y que afectan a la salud de los trabajadores. Esa sí que es una cuestión pendiente. Un trabajo de la organización Transport&Environment basado en datos del Instituto de Salud Pública de Países Bajos (RIVM) revela que vivir cerca de un aeropuerto supone respirar un aire repleto de partículas ultra finas salidas de los motores y cuyos daños empezan a conocerse ahora: aumentan un 20% el riesgo de padecer diabetes y demencia y un 7% la hipertensión arterial. Pero lo importante es recortar la torre a la mitad. Lo de la salud de los trabajadores ya para otro momento.