El artículo que acompaña este post y que le da origen es la constatación de lo que ya suponíamos: que hay mucho Groucho Marx en esta empresa que va sacando principios de su bolsillo dependiendo de las circunstancias. Ese es Teodoro León Gross, presentador de Mesa de Análisis, azote del Gobierno central y «AMDG: a mayor gloria del jefe» (Teo dixit) del andaluz. Es el mismo que, en su artículo de 2013, y al hilo del cierre de Canal Nou, decía «el drama no es que hayan cerrado una, sino que hayan cerrado solo una». Es es el mismo que clamaba contra «El juguetito del poder». Claro que la vida da muchas vueltas y ahora Teo es de las públicas de toda la vida, por lo que se ve. ¿Dónde está ahora esa superioridad moral desde la que pedía el cierre de las públicas? ¿habrá sido quizá enterrada en unos pocos de miles de euros y en una jugosa ventanita televisiva desde la que reparte juego a tertulianos y políticos, cual crupier sonriente y encantado de conocerse? ¿será esa dignidad periodística de la que se reviste la que le ha llevado a aceptar un puesto en el Consejo Social de la Universidad de Cádiz (aún siendo profesor de la de Málaga) y que le va a permitir mantener su estatus para continuar trabajando en la Nuestra, en ese Canal Sur, «correa de transmisión ideológica de una hegemonía de décadas»? Ya que la cosa va de clásicos, citaremos a Cervantes: «¡Cosas veredes, Sancho!». Claro que tampoco es el único. Buscad en lo que algunos de nuestros directivos/as decían de Canal Sur antes de que el jugoso sueldo público les hiciera trocar su opinión. ¡Ay! ¡Con la que le ha caído a Karla Sofía Gascón! Pero Teo está blindado y esto no le pasará factura. Blindado por sus jefes, esos que tienen en la televisión «sus dildos particulares que usan como consoladores para disfrutar del mesianismo» y por su tremenda cara dura… ¡acero ‘pa’ los buques!.